Mucho se está hablando últimamente sobre la alta concentración de metales pesados en pescado que consumimos habitualmente. Muchos de vosotros pensareis que poco se puede hacer para evitar consumir alimentos “nocivos”, pero yo soy de la opinión que nuestra salud y la de nuestro seres queridos es la mayor de nuestras preocupaciones, sólo por eso merece la pena SABER.
La información nos permite jugar con el pequeño margen de
maniobra que nos queda para comer y consumir lo mejor posible.
Uno de los motivos que me llevó a crear esta sección en mi
blog, fue, la creencia de que poco o mucho si hacemos llegar la máxima
información sobre estos temas podremos consumir con mayor tranquilidad.
Bien pues hoy os quiero hacer llegar el informe que con
fecha 21/11/2012 ha publicado la AESAN (Agencia
Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición), sobre el consumo de Pez Espada,
Tiburón, Atún Rojo y Lucio, debido a la presencia de mercurio en estos
alimentos.
Este es el texto integro de la nota informativa:
"Recomendaciones de consumo de pescado (Pez Espada, Tiburón,
Atún Rojo y Lucio) debido a la presencia de mercurio"
RECOMENDACIONES DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE SEGURIDAD
ALIMENTARIA Y NUTRICIÓN PARA POBLACIONES SENSIBLES: MUJERES EMBARAZADAS O EN
PERIODO DE LACTANCIA Y POBLACIÓN INFANTIL
Las recomendaciones para el consumo de Pez espada, Tiburón,
Atún rojo (Thunnus thynnus: especie grande, normalmente consumida en fresco o
congelada y fileteada) y Lucio son las siguientes:
Mujeres embarazadas o que puedan llegar a estarlo o en
período de lactancia. Evitar el consumo
Niños < 3 años. Evitar el consumo
Niños 3-12 años. Limitar a 50 gr/semana o 100gr/ 2 semanas
(No consumir ningún otro de los pescados de esta categoría en la misma semana).
JUSTIFICACIÓN
Tanto la “Opinión sobre el mercurio y metil-mercurio en
productos alimenticios” de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria
(EFSA), como la nota informativa sobre “ Metil-mercurio en pescado y productos
pesqueros” de la Dirección General de Sanidad y Consumo (DGSANCO) de la
Comisión Europea, que contenía recomendaciones de consumo para los grupos más
vulnerables de población (mujeres embarazadas o que puedan llegar a estarlo,
mujeres en periodo de lactancia y a niños de corta edad), sirvieron de base a
la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición para publicar en su
web una Nota informativa sobre mercurio y metil-mercurio en productos pesqueros
en 2008.
El 28 de septiembre de 2010, el Comité Científico de la
AESAN en su sesión plenaria, aprobó un “Informe en relación a los niveles de
mercurio establecidos para los productos de la pesca”. En este informe se ha
estimado que:
Una mujer embarazada (60kg) que ingiera una ración (100 g)
de pez espada a la semana superaría la ingesta máxima tolerable de
metil-mercurio.
Un niño de entre 7-12 años (35 kg) puede consumir sólo media
ración (50 g) de pez espada a la semana y ningún otro de los pescados grandes
en esa misma semana.
Por ello se ha procedido a actualizar las recomendaciones
realizadas a los grupos de población vulnerables.
La toxicidad del mercurio (Hg) depende de su forma química,
tipo y dosis de exposición y edad del consumidor. Su forma orgánica
(metil-mercurio) posee una elevada toxicidad, se disuelve fácilmente en la
grasa y atraviesa la barrera hemato-encefálica y la placenta pudiendo provocar
alteraciones en el desarrollo neuronal del feto y en niños de corta edad.
El metil-mercurio se encuentra mayoritariamente en pescados
y mariscos, donde puede llegar a representar más del 90% del mercurio total.
Derivado de la contaminación medioambiental, los peces acumulan mercurio en su
organismo a lo largo de su vida y esto ocurre especialmente en aquellas
especies de gran tamaño como los grandes depredadores. El hecho de que estos
grandes depredadores suelen ser migratorios, hace que no sea posible excluir
los pescados de las aguas menos contaminadas.
En términos de beneficio-riesgo la AESAN considera que el
pescado es, dentro de alimentación saludable, una parte importante de la dieta.
Esto se debe, básicamente, a la calidad de su proteína y su grasa, con
aminoácidos esenciales en cantidad más que adecuada, escasa cantidad de grasas
saturadas y una importante proporción de ácidos grasos omega 3 y de vitaminas
A, D, E, B6 y B12.
CONSECUENCIAS DEL MERCURIO SOBRE LA SALUD / INFORME DE LA OMS
Según un informe de la OMS (Organización Mundial de la salud), acerca de las consecuencias sobre la salud que tiene el mercurio y como llega a nosotros a través
de la cadena alimentaria, los puntos 4 y 5 dicen lo siguiente:
4. ¿Cómo daña
el mercurio la salud humana?
La principal fuente de exposición humana al metilmercurio es
el consumo de pescados y mariscos contaminados por este compuesto.
Prácticamente todas las personas tienen en su organismo al menos cantidades
ínfimas de metilmercurio, lo cual refleja la presencia generalizada de este
compuesto en el medio ambiente y la exposición humana a través del consumo de
pescados y mariscos. Las personas pueden estar expuestas al mercurio en cualquiera
de sus formas en diferentes circunstancias.
En el feto, el lactante y el niño, el principal efecto del
metilmercurio es la alteración del desarrollo neurológico. La exposición al
metilmercurio en el útero, que puede proceder del consumo materno de pescados y
mariscos contaminados, afecta negativamente el desarrollo del cerebro y del
resto del sistema nervioso del niño. En niños expuestos al metilmercurio en el
útero se han observado efectos negativos en la función cognitiva, la memoria,
la atención, el habla y las actividades visuoespaciales y motoras finas.
5. ¿Cómo entra
el mercurio en la cadena alimentaria?
El mercurio sufre complejas transformaciones en el medio
ambiente (el aire, los sedimentos o el agua). Una vez que se ha depositado, la
forma química del mercurio puede metilarse en el suelo y los sedimentos, en
gran parte a través del metabolismo bacteriano. El metilmercurio, que es la
forma más tóxica del mercurio, se biomagnifica en las redes alimentarias,
especialmente en la acuática (como ocurre con las especies de peces que se
encuentran en el tope de la cadena alimentaria). El metilmercurio se bioacumula
(es decir, presenta mayores concentraciones que en el entorno) en los peces y
mamíferos marinos y de agua dulce. Cuanto más viejo sea el pez o mamífero,
mayor será su concentración de metilmercurio. Además se biomagnifica, lo cual
significa que cuanto más alto se encuentre el organismo en la cadena
alimentaria mayor será su concentración de metilmercurio. Por consiguiente, los
grandes peces predadores tienen más probabilidades de contener concentraciones
elevadas de metilmercurio, aunque los peces pequeños también pueden tener
grandes concentraciones de mercurio en zonas especialmente contaminadas.
Bien, una vez leída esta información, no nos podemos poner
paranoicos con el tema de la comida, pero la verdad, es la verdad, y como
siempre aconsejo, intentad consumir productos con baja probabilidad de
contaminación, y procurad reducir el consumo de este tipo de pescado ya que
esto es lo que hay, si so sabemos por lo menos nos queda la opción de decidir.
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