Hay un tema sobre consumo al que hace tiempo le vengo dando
vueltas, a raíz de mi experiencia en una gran superficie comprando un tarro de
miel.
Como hago habitualmente, me puse las gafas para leer con
atención la procedencia de la miel, y toda la información que yo creía
imprescindible para decidirme a comprarla, (os recomiendo que si no lo hacéis
ya, empecéis a leer las etiquetas de los productos antes de comprarlos, os
llevaréis más de una sorpresa). Bueno, pues como iba diciendo, al leer la
etiqueta me percaté de lo engañosa que era.
Primero decía algo así, como que se trataba de una empresa
francesa con una larga tradición apícola, para después al leer con más atención
comprobar como se trataba de una mezcla de mieles sin especificar su origen, es
decir, se suponía que eran apicultores pero la miel no era suya.
La repuesta a este enigma se llama, China.
En la actualidad se están vendiendo mieles con envases
engañosos de marcas que aparentemente las hemos oído de toda la vida, y resulta
que a la hora de la verdad nos dan gato por liebre.
Os adjunto un extracto de una pregunta ante el Parlamento
Europeo por parte del Grupo de la Alianza de los Liberales y Demócratas por
Europa.
“Según los últimos
datos disponibles del año 2010, las importaciones de miel en el Estado español
procedente de China se situaron alrededor de las 11 000 toneladas. Actualmente,
se están produciendo en el Estado español unas 30 000 toneladas anuales de
miel, siendo uno de los principales productores europeos. Los altos estándares
de seguridad alimentaria de trazabilidad, fitosanitarios y de pesticidas que se
exige a los productores europeos de miel hacen que el mismo producto sea, en
términos de costes económicos, más altos que en otros países, con las
consecuencias que esto acarrea en el sector.
En los años 2003 y
2004, la Comisión Europea tuvo que cerrar el mercado europeo de la importación
de miel procedente de China por el incumplimiento de las Directivas 97/78/EC y
95/53/EC. Eso fue debido a los residuos procedentes del uso de antibióticos
prohibidos en la legislación europea. La UE tiene un déficit de miel que llega
aproximadamente al 45 % del mercado, convirtiéndose así, en el principal
mercado para la importación de miel.”
La información facilitada por AVA-ASAJA (Asociación Valenciana
de Agricultores) nos recuerda que la Comisión Europea (CE) se vio obligada a
prohibir durante casi dos años (2003 y 2004) las importaciones de mieles chinas
debido a los constantes problemas de presencia de residuos de antibióticos
prohibidos en la UE. Tras aquel veto, el ejecutivo comunitario dejó en manos de
las propias autoridades chinas los controles y la expedición de los nuevos
certificados para acreditar la seguridad de sus envíos.
Por todo ello y para evitar mayores riesgos, la organización
agraria recomienda a los consumidores estar atentos a la procedencia
especificada en el etiquetado, huir de las mieles a precios reventados o de las
que se especifique que son ‘mezcla de mieles’ (especialmente de las mezclas ‘no
originarias de la CE’ o de las
‘originarias y no originarias de la CE’) y buscar tarros que concreten
claramente su procedencia española.
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