Salsa base para infinidad de platos gratinados, fácil de hacer.
El secreto para que no se hagan grumos es utilizar una batidora cuando nunca se ha hecho antes y así nos aseguramos una salsa cremosa y fina.
Existen variantes en función del paladar de cada uno, hay quien le añade un sofrito de cebolla picada muy fina, quien mayoritariamente incorpora pimienta, pero en este caso yo he sido fiel a mi receta de siempre en el que el ingrediente básico es la nuez moscada. OJO! para los que hagan la salsa por primera vez, la nuez moscada es un condimento de sabor intenso, recomiendo espolvorear ligeramente, e ir probando hasta conseguir el punto exacto.
Ingredientes:
½ l. de leche.
50g. de harina.
50g. de mantequilla.
Sal.
Nuez moscada.
Elaboración:
En un cazo poner la mantequilla al fuego para que se
derrita. Añadir la harina removiendo un momento y enseguida verter la leche un
poco tibia. Batir sin parar hasta que hierva. Echar sal al gusto y espolvorear
con la nuez moscada. Hervir sólo unos cuatro minutos, y hacerla en el momento
de utilizarla.
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