Grasa abdominal e hipertensión arterial

Una de las mayores preocupaciones de la población actual es el creciente número de accidentes cardiovasculares,  ( infartos cerebrales o ataques cardíacos) provocados por la hipertensión arterial.
Se sabe que la hipertensión está motivada por  la excesiva ingesta de sal en las comidas, o por tener niveles altos de colesterol en sangre.
Pero quizás hay un factor muy directamente relacionado y quizás menos conocido, y es, la acumulación de grasa en la zona  abdominal.
Este tipo de "obesidad" localizada en al abdomen es una de las responsables en el aumento de la tensión arterial.
Según varios estudios realizados con individuos de entre 35 a 75 años la incidencia de hipertensión en pacientes con exceso de grasa abdominal es mucho mayor.

Los datos ofrecidos por uno de estos estudios realizado en Argentina no ofrecen dudas:

- El 80% de los pacientes mayores de 40 años internados en la Clínica presentan circunferencia de cintura aumentada o muy aumentada, con un alto riesgo de sufrir problemas cardiometabólicos.
- El 88,89% de los pacientes hipertensos presentaron circunferencia de cintura aumentada o muy aumentada.
Viendo y considerando los resultados obtenidos en esta investigación, podemos decir que la circunferencia de cintura parece tener una fuerte asociación con el riesgo de hipertensión. Por esto, creemos que esta medida puede ser utilizada por los profesionales de la salud como método de screening en la prevención del riesgo cardiovascular.

Fuente:

María José Suárez. Tesis de Graduación de Licenciatura en Nutrición de Universidad Maimónides,  Argentina.

Este post está dedicado especialmente a aquellas personas que por una cuestión genética acumula más cantidad de grasa en la zona del abdomen que en otras partes del cuerpo, pues si la obesidad es ya de por sí perjudicial , la acumulación en la zona abdominal multiplica el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular.

En estos casos está especialmente recomendado mantener a raya esos centímetros de más en la "barriga", practicando algo más de ejercicio, así como reduciendo la ingesta de alimentos con altos contenidos en grasas saturadas, pan y bollería, hasta conseguir un peso razonable que permita salir de esa zona de peligro en la que se puede haber caído sin apenas darse cuenta.